sábado, 9 de noviembre de 2013

Torre del Oro

Torre del Oro en 1893
Es imposible hablar de Sevilla sin mencionar uno de sus monumentos más famosos, una de las insignias más importantes de la ciudad hispalense, la Torre del Oro. Esta torre está situada en el Paseo de Colón, junto al puente de Los Remedios y a las faldas del Guadalquivir. Es inevitable no fijarse en ella si se pasea por el río mientras se disfruta de la brisa y el buen ambiente sevillano. Vas caminando, la descubres, te paras y la contemplas. Es considerada uno de los emblemas de la capital andaluza.

Fue mandada a construir por orden del gobernador almohade Abú-Ulá en el siglo XIII, exactamente en el año 1221. Como curiosidad, su nombre en árabe hacía referencia al brillo dorado que se reflejaba sobre el río debido a su revestimiento en azulejos dorados. Su función era de carácter defensivo ya que esta se unía con otra torre al otro lado del río formando así una muralla que evitaba el acceso al puerto. Dicha cadena fue la que partieron los marinos de Ramón Bonifaz en 1248 con la flota de la Reconquista. Tras ser conquistada, se usó como capilla para dedicársela a San Isidoro de Sevilla y posteriormente se usó como prisión.

Según las famosas leyendas, se dice que el Rey Pedro el Cruel guardó en ella tesoros de oro y plata. Pero además no solo guardó tesoros, sino que sirvió de refugio para las damas que este cortejaba. Su amante más conocida era la señora Aldonza Coronel, hermana de María Coronel, mientras que su esposa, María Padilla, vivía en el Alcázar.

En el siglo XVI, la torre presentaba un estado ruinoso por lo que se realizó una obra de restauración. Durante el terremoto de Lisboa de 1755 sufrió daños importantes y es por eso que el Marqués de Monte Real quiso demolerla para ensanchar el paseo de coches de caballos y con ello hacer más recto el acceso al puente de Triana. Gracias a la oposición del pueblo, esta idea no llegó a realizarse nunca. Otro momento vital para la torre fue en la Revolución del 68 cuando los revolucionarios demolieron los lienzos de las murallas poniéndolos en venta. Una vez más, la oposición de los sevillanos consiguió que el monumento no se destruyera.

En la actualidad, la han convertido en Museo Naval, exactamente desde el 21 de marzo de 1936 por orden del Ministerio de Marina. Alberga en su interior diversas maquetas, grabados, instrumentos de navegación, cartas marinas así como curiosidades históricas. Si se visita Sevilla es indispensable subir a la Torre del Oro para así deleitarse de unas magníficas vistas de la ciudad y, en especial, de los famosos barrios de Triana y Los Remedios.


Torre del Oro en la actualidad

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viernes, 8 de noviembre de 2013

La verdadera historia del Costurero de la Reina

Este pequeño edifico ubicado en uno de los extremos del Palacio de San Telmo fue construido por el arquitecto sevillano Juan de Talavera y de la Vega en el año 1893. Este edificio de estilo neomúdejar fue el primero que se ubicó en la ciudad de Sevilla. Esta construcción se hizo cuando los Duques de Montpesier se instalaron en la ciudad en 1850 y optó como residencia familiar el ahora conocido palacio de San Telmo que anteriormente había sido la Escuela Náutica de San Telmo. Antonio de Orleans y María Luisa de Borbón mandaron a restaurar este gran caserón y, a su vez, la construcción del Parque de María Luisa y un pabellón que cerraría los Jardines del Palacio de San Telmo, a orillas del Guadalquivir.

La leyenda cuenta que la hija de los duques de Montpesier, María Merceditas, pasaba allí los días cosiendo con sus doncellas los enseres para su ajuar. La esposa del rey Alfonso XII era muy débil. Se contagiaba rápidamente de enormes catarros y el médico le recomendaba que tomara el sol para reponer fuerzas. A los cinco meses de contraer matrimonio, la hija de los duques de Montpesier fallece. Aquel final devastador y la retirada del rey viudo a una residencia en Segovia fomentó las leyendas y los mitos populares de que la reina pasaba los días tomando el sol a través de las grandes cristaleras leyendo las cartas de su marido y cosiendo con sus damas. De ahí viene la denominación del edificio El Costurero de la Reina.

El edificio se construyó como Pabellón del Guarda Mayor de los Jardines del Palacio de San Telmo pero la situación por la que estaba atravesando España hizo que su destino cambiara. España se encontraba en el abandono del trono de la reina Isabel II. Esto hizo que el duque Antonio de Orleans se batiera en duelo a punta de pistola con su primo por el trono de España. Un desafortunado incidente hizo que la bala que debía de dispararse al aire se alzara más abajo llegando a impactar en la frente del primo. Este fatal suceso hizo que desterraran al duque al exilio quitándole la opción al trono. Debido a este suceso partes como el jardín se cedieron a la administración pública. Por ello, se tuvieron que reubicar los pabellones de guardias que custodiaban el caserón, llegándose a utilizar como guardería de las piezas de caza menor.

Actualmente el edificio pertenece al Ayuntamiento de Sevilla como oficina de turismo. 

Costurero de la Reina en la actualidad




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jueves, 7 de noviembre de 2013

La Campana

Sevilla, 1982, una plaza antigua se advierte a la entrada del centro de una de las ciudades más maravillosas de España. Puede que dentro de unos años la calle de los Pasteleros se llame de otra forma, pero hoy en día es la más dulce de Sevilla. Se llama así por los numerosos establecimientos especializados en la elaboración de pasteles. Al pasear por esta calle, sus olores te hacen disfrutar del paseo, pero sus sonidos hacen que quieran entrar en el Bar Pinto, en el que se escuchan coplas de flamenco desde la calle.
Hay un edificio que hace las funciones de almacén, donde el Ayuntamiento suministra todo lo necesario para apagar y cortar todos los incendios públicos, y es que aquí viven los bomberos de la ciudad. Del almacén cuelga una gran campana, la cual toca el público para pedir auxilio.
Pasaron los años y el edificio fue destruido. Se llevaron la campana al Colegio del Salvador, con la condición de que tenían que tocarla siempre que hubiera algún incendio en la ciudad. Y es que las tradiciones nunca se pierden. Como recuerdo de este hecho, se pintó en la calle una campana, la cual se conservó durante unos años.
A día de hoy, la plaza de la Campana sigue abriendo la entrada al centro de Sevilla. Su nombre ha cambiado, pero la esencia de la ciudad en ella seguirá estando siempre. En la misma plaza, se encuentran numerosas construcciones, destacamos la del número uno, siendo la más antigua y la más bella por su arquitectura: una confitería y cafetería La Campana, que da esquina con la calle Sierpes. Esta dispone de terraza, donde cualquiera puede sentarse y tomar un delicioso pastel típico sevillano como las Yemas con un delicioso café, mientras vivimos el ambiente de la gente que cruza por la calle. Una confitería cuyos dulces y helados tienen fama más allá de los límites de Sevilla.

En la actualidad, la plaza ha cambiado mucho, hoy se encuentran modernos edificios como Zara, Burguer King o el inolvidable McDonald, y se considera el punto de encuentro de numerosos jóvenes sevillanos. Hoy la campana es más comercial. En la actualidad hay otros tipos de bares de comida rápida, como el Pans & Company. Algunos de estos comercios son por ejemplo: la zapatería Pilar Burgos (para bolsillos más generosos), donde su iluminado escaparate hace que nos detengamos unos minutos para ver sus numerosos y variados modelos de zapatos para todas las edades y temporadas. También, La Campana se ha convertido en el centro religioso de la ciudad durante la Semana Santa, numerosas sillas mediante bono son colocadas a un lado de la entrada de la plaza y la calle Sierpes, donde todas las cofradías con sus pasos procesionan por allí, ya que es el comienzo de la carrera oficial.

La Campana es una de las calles más cofrades, es el corazón del centro de Sevilla.


La Campana en 1982

Fuente: 
Propia

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Postales y fotos antiguas de Sevilla