La defensa de una
ciudad tan extraordinaria como Sevilla es imprescindible. Para eso mismo se
construyó la gran muralla que hoy rodea buena parte de la capital. Solo se
conservan dos puertas de esta gran muralla: la del arco del Postigo del aceite,
y el arco de la puerta de la Macarena, que todos conocen por el Arco de la
Macarena. Su nombre viene dado por la virgen que aguarda entre las paredes de
la basílica que está justo detrás de esta puerta, la virgen de la Macarena; una
de las imágenes más conocidas y populares, no solo de la Semana Santa
sevillana, sino también de toda España. Este arco da paso a uno de los barrios
más sevillanos de la ciudad, el barrio de San Gil o de la Macarena. Este lugar
guarda toda la historia de Sevilla, el paso de todas las civilizaciones que
vivieron en la ciudad, desde que era Híspalis, la capital de toda Hispania,
hasta que se convirtió en lo que hoy conocemos como Sevilla, capital de
Andalucía.
La muralla y la puerta fueron construidas durante el tiempo que estuvieron los romanos en la ciudad, en el siglo XII, reemplazando la empalizada que los cartagineses
construyeron durante su paso por Sevilla, que no tenía nada que ver con la gran
muralla que vino luego. Pasaron los años, y más civilizaciones pasaban por
Sevilla, embrujadas por la belleza de la ciudad, tanto, que siempre terminaban
conquistándola y quedándose entre sus murallas. El paso de los árabes dejó la
construcción de este magnífico arco de la Macarena. El siglo siguiente dejó consigo
la llegada de los cristianos, que tras muchas batallas libradas en sus
murallas, se quedaron definitivamente en la ciudad. La puerta ha sido
restaurada durante siglos, dependiendo del gusto de la civilización que llegaba
a la ciudad. El nombre Macarena se le concedió a partir del repartimiento de
la ciudad sevillana, tras ser tomada por las tropas de Fernando III El Santo.
Este famoso arco de la
Macarena, representa no solo el símbolo más importante de la entrada al barrio
sevillano de San Gil, sino también un símbolo en toda la ciudad. Solo tienes que
plantarte frente a él, contemplarlo, ver la gran basílica que aguarda
entre sus murallas y dejar volar la imaginación... Sentir a los reyes de la
antigüedad paseando por la gran puerta, llegando a la ciudad atravesando el
arco, desde Alfonso XI hasta Carlos V. Imaginar también a la Virgen de la
Macarena cada madrugá del Jueves Santo, cruzando el arco que lleva su nombre…
son muchas las historias que contemplaron el arco de la Macarena de cerca, y llegarán
muchas más.
Este símbolo forma
parte de su historia y de la vida actual de todos los sevillanos.
![]() |
La Esperanza Macarena cruzando el arco |
Enhorabuena, es bueno que no se olviden los rincones más preciados de nuestra ciudad, y mejor aún conocer de donde vienen y porqué están ahí. Los sevillanos no debemos olvidar la historia de los monumentos que vemos todos los días para ir a clase o al trabajo, Gracias.
ResponderEliminar¡Muchas gracias Marta! Nos encanta que te guste nuestro trabajo. Si quieres que te contemos algo más sobre algún sitio en especial solo tienes que pedirlo. Un beso.
Eliminar