domingo, 15 de diciembre de 2013

El Fantasma del cine Fantasio

¿Quién no ha oído hablar alguna vez de los fantasmas del cine Fantasio?, esa sería la respuesta que muchos sevillanos darían si le preguntasen por estos famosos personajes. Aun así, es necesario matizar que estos famosos fantasmas no moraban realmente en éste y sí en el edificio de viviendas sobre él. El conocido cine del que se habla se alzaba en la calle Pagés del Corro, exactamente en el número cien, cerca de la popular calle San Jacinto, en Triana.

El cine Fantasio era conocido por ser del denominado género familiar y ofrecer precios populares, siendo la mitad de barato que los demás cines de la ciudad. Esto lo llevó a tener éxito en aquellos años en los que los vídeos comunitarios y video-clubs prácticamente estaban destrozando la industria cinematográfica. Ofrecía estrenos y preestrenos, tratando en todo momento de estar en vanguardia de cartelera, aunque resultaba complicado debido a la competencia con los multicines como el Avenida 5 Cines o el cine Alameda. Ganaba puntos en parte por ser el único que merecía la pena ser visitado en las barriadas de Triana y Los Remedios.

Pero estos datos no son los causantes de que el cine Fantasio dejara huella en la ciudad hispalense. Corría el año 1990 y unos acontecimientos mantuvieron a Sevilla en vilo debido a unos supuestos ruidos y otros fenómenos extraños que ocurrían en el edificio. Los rumores se dispararon rápidamente y la noticia comenzó a volar por todas las calles sevillanas. Lo que en un principio eran ruidos pasaron a ser posteriormente fantasmas merodeadores de aquel lugar.

Cierto es que el edificio donde tenían lugar los ruidos presentaba un aspecto bastante tétrico. Daba la impresión de lugar abandonado al estar vestido en ladrillo rojizo, con las persianas descolgadas y tremendamente sucias, y el portal de la entrada lleno de escombros. Fue la insistencia en los rumores lo que hizo que el cine Fantasio se convirtiera en una nueva leyenda urbana de Sevilla. Varias fueron las explicaciones que los ciudadanos y visitantes le dieron a este suceso desde la otra acera del edificio: un posible enterramiento bajo el suelo, asesinatos, fusilamientos, pactos con el Diablo… 

Al cabo de un mes, los moradores del edificio ya eran más que conocidos y nadie se atrevía a negar la verdad de este suceso, clasificándolo como fenómeno paranormal. Pero este mito sevillano esconde una historia muy alejada de fantasmas, ruidos y espectros. Más de uno quedó desencantado al enterarse de la realidad del asunto. Detrás de la leyenda del Fantasma del cine Fantasio se oculta una trama inmobiliaria, una venta de pisos y una promesa incumplida de regalar uno de ellos. Finalmente, no hubo nunca ningún regalo y el ofendido decidió sabotear la venta de los inmuebles. El resultado fue más que exquisito: una moderna historia de fantasmas en Triana. El protagonista de esta trama, que sabía de sobra que Sevilla era un mentidero y que los rumores se propagaban a la velocidad de la luz, aprovechó para soltar esta farsa y ahuyentar a cualquier comprador. ¿Quién iba a comprar un piso con una historia sobre fantasmas? De esta manera el edificio nunca encontraría inquilinos y él podría comprar los pisos a un precio muy bajo. Lo que no imaginaba este señor era que el rumor se convirtiera en toda una leyenda. En resumen, la leyenda fue producto de un acto de venganza de una promesa incumplida entre amigos. El popular y añorado cine Fantasio cerró sus puertas en 1995 a causa de una crisis financiera. 

Durante los primeros meses de 2005 diferentes testigos han afirmado tener indicios de nuevos acontecimientos extraños en el lugar. Uno de los que vivían allí, Carlos Pérez, dio su testimonio a la revista Año/Cero: Vivo cerca de lo que era el cine, siempre había oído hablar de  fantasmas en esta zona y nunca le había dado demasiada importancia, hasta un día en el que uno de los cajones de la mesilla de la niña se abría solo, lo cerrábamos y se volvía a abrir; luego comenzaron los olores repentinos, los problemas con el agua y las luces que se encendían y se apagaban solas… Yo he llegado a ver delante de mí, al subir por las escaleras a mi piso, un algo difuso, como una presencia [...] No es el único testimonio que se tiene sobre este caso. Son muchos los que afirman que la leyenda fue real y otros tantos los que todavía dicen ver al fantasma. La pregunta sería, ¿qué hay de leyenda y qué de realidad en toda esta historia?

Fuente: “Guía secreta de Sevilla. Casas encantadas y apariciones”, Jordi Fernández Cabrera y José Manuel García Bautista.

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